Antes de llegar al mundo, vivimos inmersos en un gran océano de sonidos.Un bebe escucha ya en el vientre materno el corazón y la voz de su madre,la cual sera el principal factor de tranquilidad y educación de por vida.
Al nacer cuando llegamos a este mundo rico en sonidos, estos revisten tal importancia que unos días después,el recién nacido es capaz de descubrir la dirección de donde llegan estos sonidos acústicos.
Un año mas tarde pasamos de ser simples consumidores de sonidos, (receptores) a ser "productores independientes"(emisores de voz).Cuando esta época llega,cosechamos adoración de nuestros fans que caen rendidos ante la gutural secuencia de "papa,mama,leche ,agua"y otras palabritas.
Nuestros oídos han evolucionado para percibir con máxima sensibilidad aquel rango de sonidos,dentro del cual están las voces humanas;sin embargo,la amplitud de sonido que podemos captar esta en los 16 a 20.000 ciclos por segundo o herzt ,como también se le llama a estas oscilaciones.
Otras especies tienen este sentido mucho mas desarrollado que los humanos y se comenta que pueden escuchar los ruidos producidos en las profundidades de la tierra antes de que ocurra un terremoto.Los perros pueden escuchar los tenues ruidos producidos por las víctimas atrapadas entre los escombros de los edificios derrumbados.Las ballenas se comunican de un continente a otro usando sonidos con el poder suficiente para cruzar los océanos.Los murciélagos pueden guiarse en total oscuridad pues emiten sonidos de alta frecuencia que rebotan en el paisaje y objetos cercanos.Luego estos ecos son interpretados por su cerebro como una imagen o mapa del lugar por donde transitan.Este sistema de "ecolocación "o "sonar"es tan exacto que permite al murciélago atrapar al vuelo a un insecto en particular de entre los miles que componen un enjambre.
Tales maravillas de las capacidades auditivas están sufriendo un deterioro progresivo y al parecer inexorable en todas las especies,incluso de la nuestra.
Se dice que los encallamientos masivos de las ballenas ocurren por el excesivo ruido de los barcos que trastorna su sistema de navegación basado en su capacidad auditiva.
Para medir los ruidos utilizamos un tipo de medida llamado decibel o decibelio.Esta reconocido que la exposición prolongada a ruidos mayores de 80 decibelios (db) puede producir disminución y perdida de la capacidad para escuchar.Cuando se hace un examen llamado "auidiometría",se pueden encontrar perdidas tempranas de la audición.Casi siempre,estas perdidas permanecen ocultas o desapercibidas por nosotros por que están por abajo o por arriba de la frecuencia de donde se sitúa la voz humana,pero con el tiempo,se afectan estas frecuencias y entonces empezamos a manifestar malestar o síntomas.
Algunos síntomas pueden ser:
- Elevamos el tono de voz hasta casi gritar.
- Pedimos que nos repitan lo que nos dicen.
- Subimos mucho el volumen de la radio o de la televisión.
- Usamos preferentemente solo un oído para hablar por teléfono.
- Hablamos en voz muy alta por teléfono.
Como ejemplo de la intensidad de los ruidos que nos envuelven en nuestro entorno les muestro lo siguiente:
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